¿PREMIO A LA CONTAMINACIÓN?
AMALAMAR permanece en su propósito de contribuir al debate para situar al Perú como líder en la protección y el cuidado del mar.
Para el cumplimiento de este fin, AMALAMAR insiste en que el Estado debe ser el primero en respetar los Derechos del Mar. En la edición anterior dijimos que para que esto suceda es necesario que SEDAPAL y la empresa que tiene la concesión en la planta de tratamiento de los desagües de La Chira apliquen tecnologías para que estos se conviertan en agua limpia para regar. El proyecto de La Chira aleja las bacterias de la costa pero no las elimina. Y eso tiene que cambiar. Es una exigencia por la salud del mar, de los bañistas y de los consumidores de productos marinos. SEDAPAL y la empresa concesionaria tienen que reformular el proyecto y tratar el agua para que ésta sea usada en desiertos y crear áreas verdes. Un buen ejemplo es el bosque de Huarmey, hecho por la empresa privada, en medio del desierto y regado con aguas tratadas.
En esta edición entrevistamos al gerente general de SEDAPAL Marco Vargas para conversar del agua que echan al mar. Teníamos información contradictoria acerca del Proyecto TABOADA, por un lado éste acaba de recibir el premio el GLOBAL WATER AWARDS como el mejor del mundo y por el otro se decía que vertían agua tan contaminada como antes de invertir 492 millones de soles.
Acompañamos a IMARPE al monitoreo de la calidad del agua en la zona de influencia de TABOADA y el resultado fue alarmante. El índice de coliformes fecales es altísimo, igual que al del 2011. Antes del proyecto. Antes de la inversión. Propusimos fotografiar al gerente Vargas de SEDAPAL en TABOADA. No aceptó. Ni envió la foto del premió que recibió personalmente en Paris. Fuimos por nuestros medios, por el mar —no hay otra manera de llegar si no se ingresa con las autoridades— y con un dron con el que filmamos lo que allí ocurre. Más alarmante aún. Delante de TABOADA se gana terreno al mar con basura, con desmonte y con concreto probablemente “descartado” de alguna construcción de Lima. Ello con la venia de las autoridades de SEDAPAL. Lo decimos con certeza porque por ese terreno pasa el “muy corto emisario” —no tiene los 6 kilómetros que recomendó IMARPE— que vierte al mar en una zona poco profunda el desagüe ineficientemente tratado, lo que impide la dilución de los desechos. Ubicamos en el mar varias salidas burbujeantes, los difusores de las aguas residuales. El último al final del emisario no parece estar a más de un kilómetro de la costa. Lejos de los seis recomendados. Y lo peor, en ese mismo terreno ganado con basura al mar se deposita un material color guano que una motoniveladora trabaja delante de los edificios grises de TABOADA. (Mírelo en la filmación) Ese material no parece ser otra cosa que lo que se tamiza del desagüe que recibe la planta y que “desechan”. ¿Desechan? Ganan terreno al mar. Que nos demuestren lo contrario.
TABOADA debe tratar el agua para que sea reutilizada en áreas verdes por crearse. No es posible que un proyecto tan caro siga echando al mar agua tan contaminada como la de antes de la inversión. En marzo del 2009 la directora de Proinversión, Cayetana Aljovín, dijo que el proyecto no contemplaba agua limpia porque “las bases no solicitaban la reutilización y que se hubiera encarecido el proyecto financiado vía tarifa”. Esto tiene que cambiar. SEDAPAL tiene la palabra.
Armida Testino
Directora